martes, 21 de julio de 2009


Prédica de Tony Gruter

Domingo 5 de julio de 2009


VER PARA CREER




Incredulidad de Tomás

20:24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.

20:25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.

20:26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros.

20:27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.

20:28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!

20:29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.


Juan 20: 24 -29


Cada vez que estamos unidos, que nos congregamos, suceden cosas maravillosas, como el hecho de que el Señor Jesús llegara donde estaban los 10 discípulos reunidos. Dios al entrar les dijo: “Paz a vosotros”. Él es el único que puede traer la paz a nuestras vidas. La vida cristiana no es una vida sin problemas, pero sí en paz.


El Señor siempre les avisó a sus discípulos que el Cristo debía padecer y que al tercer día resucitaría. Creer es una decisión. Así lo muestra Tomás con su actitud al poner sus condiciones y, al final, decir “no creeré”.


Una de las cosas que nos guiará a entender qué es ser creyente es el creer en Jesús y verle tal y como Él es. La Biblia nos enseña que el hombre se ha hecho necio en su propio razonamiento, Romanos 1:22 “Profesando ser sabios, se hicieron necios”. La vanidad es trasladar a mi punto de vista lo que he de creer.


La vida cristiana es un volver, un humillarnos, permitir en nuestros corazones que Cristo reine en nuestras vidas, sabiendo fundamentalmente que solo el Señor Jesús es el autor de la fe.


El Señor sí pude sacarnos de esa profunda necedad, de esas tinieblas que nunca nos llevarán a ningún lugar. Así lo hizo con Tomás, quien terminó diciendo: “Señor mío, y Dios mío”. Tomás se arrepintió y volvió su corazón a Dios.


En una ocasión, una persona le presentó al pastor a una anciana, diciéndole: Pastor, esta mujer es una mujer de gran fe. Y ella, volviéndose, dijo: No sé si tenga una gran fe, de lo que estoy segura es que tengo un gran Dios.


Dios está buscando nuestras vidas. Si le damos un espacio reducido, no es real en mi corazón. El justo por la fe vivirá, dice la palabra, y la fe viene por el oír la Palabra de Dios. Él ya pagó por mis pecados y por los de todo el mundo. Creámosle a Dios y digámosle ¡Jesús sé mi Señor! Entonces seremos creyentes y no incrédulos.




Romanos 15:13: “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo”.




Esta canción es del grupo Hillsong, "Desde mi interior", habla del deseo de que Dios consuma todo nuestro interior y sea el Rey de nuestras vidas




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