jueves, 23 de julio de 2009

Prédica de Tony Gruter
Martes 7 de julio de 2009

VOLVER A MI PRIMER AMOR



Mensajes a las siete iglesias: El mensaje a Efeso

2:1 Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:
2:2 Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;
2:3 y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
2:4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
2:5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
2:6 Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.
2:7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida.

Apocalipsis 2: 1-7

Efeso representa la ciudad en la que vivimos, donde nos estamos congregando. Los miembros de una iglesia son todos aquellos a los cuales ha alcanzado Dios.

El Señor Jesús comenzó su ministerio haciendo el bien, pero sobre todo publicando el evangelio, para que el hombre vuelva a nacer. Este es el proyecto de Dios, un proyecto puramente espiritual.

El evangelio no procura arreglar un vestido viejo, un vestido que avergüenza. No son suficientes las obras, es necesario que recibamos una nueva vida. Este gran acontecimiento marca nuestra biografía que será lo único que contará para la eternidad.

¿Realmente he vuelto a nacer, he recibido una nueva naturaleza?

El “He aquí” del Señor Jesús anuncia que Él está dispuesto a hacerme una nueva persona. Dios ya pagó nuestra deuda en la cruz. A nosotros solo nos corresponde decirle que SÍ, porque el hombre mismo no puede fabricarse una nueva vida.

Es necesario hacer una diferencia entre saber la existencia de Dios y lo que significa cenar con Él y Él conmigo. Esa es la vida nueva, la vida antigua es soledad a nuestras almas.

Dios nos dice: “Yo estoy interesado en tu vida, te amo a TI” (Juan 3:16). Dios está en medio de nosotros, de su iglesia, y nuestros recursos como iglesia son: la palabra, la oración y testificar a quienes aún no le conocen.

¿Cómo voy a nacer, si no he desechado mi vida vieja?

Cuando Adán y Eva pecaron se encontraron desnudos y zurcieron delantales. Pero Dios les llevó a un diálogo con Él, una comunión íntima, donde ellos confesaron su pecado y ahí es Dios quien los viste de pieles.

Dios es quien nos atrae, pero esto no es posible si olvidamos nuestro PRIMER AMOR. Las personas no se convencen con lo que decimos, sino por la relación que tenemos con Dios, por nuestra vida.

Moisés vio a Dios cara a cara porque le buscaba con todo su corazón. Nuestros tiempos con Dios deben ser de calidad, poniendo nuestro corazón sincero delante de Él, valorando el precioso tesoro de su intimidad. Dejemos que Él nos comunique sus secretos, su amor, su cuidado por nuestras vidas a través de su palabra. Nadie nos puede arrebatar de sus manos, pero nosotros sí nos podemos deslizar.


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