viernes, 8 de enero de 2010

El mensaje a Sardis

APOCALIPSIS 3:1-6


3:1 Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.
3:2 Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.
3:3 Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.
3:4 Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.
3:5 El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.
3:6 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.


Sardis en griego significa RENOVACIÓN. Esta iglesia era numerosa y tenía reputación. Pero Aquel que todo lo vele está dando el veredicto de su condición.

Esta iglesia se jactaba, decía llamarse cristiana sin vivir bajo los términos de la gracia, como a veces nosotros también lo hacemos. Pero Dios lo considera una extrema GRAVEDAD.

Pero Dios quiere que nosotros experimentemos la RENOVACIÓN. Lo que nos debe animar es la certeza de la fe, no de las obras. Siempre que queramos renovarnos, debemos limpiarnos de obras muertas, para poner nuestra mirada en el renuevo justo. Debemos recordar la grandeza de nuestro llamado, para que salgamos de esa vana manera de vivir.

Dios no se contenta con que yo conozca las teorías cristianas. Lo primero es que la palabra sea mi VIDA. Hebreos 4.12 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz…”. Para que nuestra vida sea un reflejo de la vida misma de Jesús, Dios nos enseñará a oír su palabra, no podemos hacerlo por nosotros mismos, solo debemos disponer nuestro corazón. Porque talvez hemos oído, pero no con una voluntad dispuesta. Debemos oír para obedecer. Este debe ser el camino de vida del creyente.

Lo importante en nuestras vidas no debe ser lo material, sino lo espiritual, mi relación con Jesús. Dios es quien nos renueva a través de su Palabra. Hace que nos rejuvenezcamos en Él. Salmos 103.5 “El que sacia de bien tu boca, de modo que te rejuvenezcas como el águila”.



Apocalipsis 3:1 “Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto”

Aquí se presenta al pastor como un medio de Dios, el ángel de la iglesia, un instrumento espiritual. El pastor es una estrella que brillará por llevar la palabra de Dios a las personas.

¿Estamos orando por el pastor, luchando y creciendo a su lado? El Ministerio del pastor debe estar sometido a la autoridad de Dios y el ministerio que todos tenemos también se apoya en la autoridad de Cristo, de su Palabra.

Apocalipsis 3:2-3 “Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios”

¿Qué es ser vigilante? Esto plantea el hecho de que estamos en peligro, en luchas, batallas, a cada momento, pero hay medios de gracia para que nuestras vidas sean guardadas.

No importa cuál sea nuestra condición ahora, hay un mensaje de esperanza. Dios es quien perfecciona nuestras vidas a través de Jesús. EFESIOS 5:14 “Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo”. Dios, es Dios de vida. El arrepentimiento significa levantarnos.

En la medida en la que le permitamos a Dios abrir surcos en nuestro corazón con su Palabra y su espíritu more en nosotros, Él hará. Necesitamos la vida de Jesús en nosotros, no solo su nombre, por fama o vanidad.

Apocalipsis 3:4 “Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas”

Todos tenemos derecho de andar en vestiduras blancas por la obra justificatoria de Jesús 1ª JUAN 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. Es lo único que necesitamos.

Ser limpios de corazón es dejar toda aquella idolatría para que Dios sea nuestro Dios vivo. Es una verdadera adoración a Dios. Hasta entonces nuestra vida será una vida de testimonio.

Dios conoce nuestra condición, pero quiere despertarnos y que alcancemos realmente el gozo que Él tiene preparado para nuestras vidas según su promesa. 1ºJUAN 1:4 “Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido”.

Necesitamos ser una iglesia de impacto. Permitámosle a Dios obrar en la vida de cada uno para que esto sea posible.

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